lunes, 24 de febrero de 2020

Psicoterapia de grupo


Comenzamos con una breve definición de grupo, este, puede definirse como un conjunto de personas interdependientes. Lewin creador de la corriente dinámica de los grupos,  considera que el grupo es un organismo y no un conglomerado o colección de individuos. La trama de esa organización es el campo psicológico del grupo, que engloba, no solo a los miembros, en cierta forma apoyos materiales, sino sus objetivos, sus acciones, sus recursos, normas, etc. En el seno de ese grupo en situación se desarrolla un sistema de “tensiones”, ora positivas, ora negativas, correspondientes al juego de los deseos y defensas. La conducta del grupo consistirá en un conjunto de operaciones tendientes a resolver esas tensiones y a restablecer un equilibrio más o menos estable. (Maisonneuve, 1985)
El formato grupal se recomienda especialmente para pacientes con psicosis ya que su naturaleza interpersonal permite compartir estrategias de afrontamiento de los síntomas, contrastar la realidad de sus experiencias de forma directa e indirecta, recibir apoyo y apoyar de manera altruista a los demás, mejorar sus habilidades para relacionarse con los otros y diminuir su sentimiento de aislamiento mediante fenómenos de generalización. El grupo ofrece experiencias de socialización, mecanismos de comportamiento y una transferencia más compartida y menos dependiente del terapeuta lo cual probablemente determine mejores resultados que los obtenidos en la psicoterapia individual (Guimon, 2003).
            No todos los pacientes psiquiátricos graves pueden ser incluidos en los tratamientos grupales. Yalom (1996) ha elaborado una guía, en función de crear un grupo que forme una unidad, que alcance la cohesión grupal. Criterios de inclusión: Capacidad de realizar la tarea de grupo; motivación para participar en el tratamiento; áreas problemáticas compatibles con los objetivos del grupo; compromiso de asistir a las sesiones de grupo y permanecer durante toda la sesión.  A estos criterios, Sborlini (2007) agrega: Remisión total o parcial de la sintomatología, manteniendo una organización mental que le permita participar en un grupo; presentar un CI superior a 60%; carecer de conductas violentas, de auto agresividad, ideación suicida o alto riesgo suicida; control mínimo sobre los impulsos; pacientes con familia continente y con disposición a comprometerse con el proceso terapéutico.
La psicoterapia de grupo, ofrece al igual que el tratamiento individual, la posibilidad de recapitulación correctiva del grupo primario de apoyo, pero la oferta respecto a este factor que podemos considerar transferencial, se establece tanto con el terapeuta, como con y entre todos los miembros del grupo como totalidad. Esta ventaja intrínseca de los tratamientos grupales, permite el pasaje comparativo de lo individual a lo grupal. (Yalom, 1996).
            Yalom (1996) ha desarrollado un inventario de base empírica, constituido por once factores, de los mecanismos terapéuticos que operan en la psicoterapia de grupo, y que exponemos a continuación: Infundir esperanza; universalidad; transmitir información; altruismo; recapitulación correctiva del grupo familiar primario; desarrollo de técnicas de socialización; comportamiento imitativo; catarsis; factores existenciales; cohesión del grupo; aprendizaje interpersonal.
Sborlini (2007) considera que el paciente puede acudir al encuentro muy ansioso y desorganizado, pero siempre se retirará de la sesión mejor y más tranquilo como efecto de la interacción y contención ofrecida por el grupo y el terapeuta.  Esto estaría en relación al logro de una cohesión temporal de su self, no fruto de una interpretación sino que el paciente mejora ayudado por el self grupal (el marco). El grupo se transforma en un objeto del self para el paciente, un todo que se va internalizando como un objeto idealizado, que produce calma y repara. Se construye progresivamente una trama intersubjetiva que favorece el proceso de estructuración,  cambios más profundos y perdurables en el tiempo. El grupo es, para muchos de estos pacientes, la única experiencia social positiva posible.” (Carrasco, 2007).
5.2.2 Arteterapia grupal para pacientes con psicosis. Los grupos en arteterapia han revelado que debido a su naturaleza práctica (hacer arte) proveen de una experiencia que puede ser vivida como menos amenazante que un grupo puramente verbal. Los pacientes están menos expuestos pues interactúan a través de la utilización de materiales artísticos, los objetos de arte y del proceso creador, siendo útil para personas que se benefician del grupo pero les cuesta enfrentarse o relacionarse con los otros. Estos resultados se basan en estudios observacionales y estudios de casos (Waller, 1992).
                        Reyes (2003) considera los siguientes factores arteterapéuticos intervinientes en el abordaje grupal de la psicosis:
- La creatividad permite el autoconocimiento y el fortalecimiento del yo. El manejo y la comprensión de las defensas presentes durante el proceso creativo fortalece las funciones yoicas.
- Se genera un sentimiento de competencia y mejoría de la autoimagen a través de la experiencia con los materiales artísticos y el logro de ejecutar una actividad positiva.
- El trabajo artístico ayuda a contener la ansiedad y es un vehículo que favorece la relación transferencial.
- La utilización del lenguaje no verbal favorece la autoexpresión y la comunicación.
- Los aspectos irracionales en un contexto creativo se vuelven mas tolerables y esto favorece la exploración de sentimientos no tolerados, como por ejemplo, la agresividad o ideas delirantes.
- La aparición de recuerdos ofrece una oportunidad de continuidad vital la cual muchas veces ha sido discontinuada por la violencia de la aparición de la enfermedad mental. 
                        Numerosos son los estudios sobre los beneficios de usar grupos de arte terapia con pacientes esquizofrénicos. Siegel (1988, citado en Drapeu y Kronish, 2007) estudia el uso de murales y metáforas durante las sesiones para mejorar las habilidades para detectar sentimientos de displacer, abandono e inseguridades; Levinson (1986, citado en Drapeu y Kronish, 2007) dice que la participación en grupos de arteterapia permite expresar y representar sentimientos y conflictos reprimidos. Shatin y Kymisis (1975, citado en Drapeu y Kronish, 2007) exploraron las ventajas en pacientes que estaban por ser dados de alta luego de una internación por brote agudo, y dicen que los grupos ayudaban a la transición entre el hospital y la casa. También encontraron que los pacientes podían ser más reflexivos acerca del propósito de su tratamiento y aceptan más el vivir con la enfermedad mental. Dichos autores concluyen que los grupos de arte terapia eran más efectivos que los grupos verbales. Otros autores sugieren que la participación en un grupo de arteterapia aumentaría significativamente la autoestima, el sentimientos de identidad y la competencia (Gerace, Jones, Rosenmberg, Rush, 1979;  Tamara, Williams, 1977, citado en Drapeu y Kronish, 2007).
                       
La presencia del otro es posibilitadora de la existencia del grupo.  Se dan en éste una complejidad de redes vinculares que determinan los procesos de su producción. Ésta sea cual fuere (ilusiones, proyectos, tareas, objetos), es fundamento del grupo y a pesar de que puede cobrar diversas formas, sólo puede sostenerse con un proyecto de grupalidad de cada miembro. Aquí se juegan las diferencias, cuya implicación refiere a la necesariedad de la participación subjetiva -con lo conflictivo que de ésto resulta- en la producción grupal: la intersubjetividad.. En el encuentro de lo propio y de lo del otro, se da una transformación, donde cada cual puede modificar y ser modificado.  Crearse y recrearse. Si a la obra le ponemos palabras, narrando, se “definen” las posiciones de cada uno, los fines de cada cual y se acota lo producido. (Reisin, 2005).
             ¿Es posible que el paciente con psicosis encuentre en el grupo arteterapéutico el soporte solidario de restitución de la dignidad personal y/o identidad trastocada, perdida en el ámbito familiar. Y casi posible de hallar en el ámbito macrosocial?

Transferencia en arteterapia en pacientes con patologìas graves


Como cualquier proceso terapéutico la arteterapia se basa en el establecimiento de un vínculo suficientemente fuerte que permita el desarrollo de una relación de ayuda entre paciente y terapeuta. (Olinsky, 1994, citado en Reyes, 2007)
La relación transferencial, en arteterapia, se ve modificada por la existencia del objeto artístico, que es un objeto real, concreto, y que se convierte en algo que puede ser analizado y discutido entre AT y paciente.  Podríamos hablar, así, de un triángulo terapéutico entre paciente, obra artística y terapeuta. En el vértice superior del triángulo situamos al  objeto artístico y, en los dos inferiores, al paciente y al arteterapeuta (AT). (Schaverien, 1989). 
La relación triangular en arteterapia se basa principalmente en los conceptos desarrollados por Winnicott (2008) de espacio, objetos y fenómenos transicionales, los cuales fueron desarrollados, oportunamente, en el capítulo 2. La relación paciente-arteterapeuta, a través del objeto artístico, espacio físico, y materiales plásticos se convierte, así, en continente. El proceso implica una transacción entre el creador (paciente), la obra de arte y terapeuta en un ambiente seguro, siendo la obra realizada un objeto transicional. (Shaverien & Killick, 1997). 
Lo que nos interesa plantear, ahora, es cómo podemos pensar estos conceptos en el marco arteterapéutico. Para tales fines  presentamos el siguiente gráfico, donde las dos primeras secuencias son descriptas por Winnicott (2008), mientras que la última la presentamos nosotros como forma de pensar el vínculo entre AT, paciente, y objeto artístico.
El objeto artístico, creado por el paciente, ofrece la posibilidad de externalizar sentimientos inexpresables de otra manera, y también, una zona intermedia entre la fantasía y la realidad, tanteos, pruebas previas antes de establecer contactos directos con el afuera. El paciente con psicosis, como mencionamos en el capítulo 3, tiene dificultades para comunicarse y entenderse con los demás, es por eso, que la obra es un puente no verbal, que se crea entre su mundo interior y el mundo exterior.
Para esto, es necesario la adecuada intervención del AT para ofrecerle un espacio “suficientemente bueno” que le permita,  no sentirse amenazado y proyectar sus contenidos internos. El holding y el handling son fundamentales. (Winnicott, 2008)
La instalación de la transferencia es lenta y progresiva, y dependerá de las características de personalidad propias del paciente, de su adherencia al tratamiento, como así también, de la homeostasis psicofarmacológica en la que se encuentre.  Si bien no se interpreta la transferencia como en el psicoanálisis, en el establecimiento de la misma vamos a tener en cuenta, dentro del vínculo paciente-AT, el compromiso con la tarea, con la asistencia, el respeto por el encuadre (llegar a horario, seguir los tiempos de inicio-desarrollo-fin del taller, etc.), entre otros.
Greenwood (1994) nos advierte que, esto requiere de mucha paciencia, ya que el cambio, si lo hay, es lento.  Shaverian (1992) habla de imágenes diagramáticas y de imágenes personificadas o encarnadas, para diferenciar la transferencia en arteterapia. Considera que en las primeras, el paciente no se compromete con la tarea, haciendo un dibujo meramente descriptivo, mientras que en las segundas, el trabajo refleja un significado simbólico profundo. El fenómeno de la transferencia se vería reflejado, sólo, en la segunda modalidad, es decir, en las imágenes personificadas o encarnadas. (Viñeta VI).
Según Rubin (2001) en la transferencia de tipo psicoanalítico, se considera importante que el terapeuta mantenga la neutralidad y la abstinencia. Mientras que en arteterapia, el terapeuta no puede permanecer neutral porque el rol demanda un comportamiento que influye en la transferencia.
            Cuando recibimos al paciente en el ámbito arteterapéutico, éste ya ha realizado una primera transferencia con la institución hospitalaria, que le ofrece a él y a su familia, la seguridad necesaria para el sostén, del paciente y su problemática.  En esta misma serie nos incluye, tanto nosotros, como AT, como a los demás auxiliares terapéuticos que conforman el dispositivo de Hospital de Día.   
            La transferencia,  también, es con el grupo. Según Pichón Riviere (1995) “en el campo grupal nos encontramos con transferencias múltiples. Las fantasías transferenciales emergen tanto en relación con la tarea como en el contexto en el que se desarrolla la operación grupal”. (p. 184).
Según Hernández Merino (2006) cuando el arteterapia se desarrolla en grupo: “(…) el sujeto que dibuja tiene una imagen de lo que quiere hacer, pero la obra le devuelve una nueva imagen, distinta, diríamos poliédrica, la que ve el sujeto, la que ve el terapeuta y la que eventualmente pueden ver los otros. (p.28)
Según Widlöcher (1988) al elegir un dibujo como modo de expresión más seguro que la palabra, el o la dibujante se expone “más fácilmente a esta actividad regresiva que facilita la producción de la transferencia entre cliente y terapeuta”. (p.207)
Los fenómenos de transferencia harán que procure hacer dibujos que puedan ser considerados “bonitos”, para después dejar pasar a través de ellos testimonios mucho más directos de su vida fantasmagórica, donde aparecen temas recurrentes cuya repetición denota la función de compromiso de la expresión de lo traumático.
            Cada una de las técnicas, plantea al sujeto un tipo de problema tanto a nivel de la representación como a nivel subjetivo. El paciente, frente a la consigna planteada por el AT, establece una modalidad de transferencia entre él y la hoja en blanco. Puede ir superando las dificultades y encontrar un equilibrio, pero también puede ir mostrando sus resistencias. ¿Cómo? Frente a las consignas o frente al material, o frente a ambos, tendiendo a repetir el comportamiento de no compromiso con la tarea, y al rápido desempeño, produciendo imágenes que se repiten. Imágenes empobrecidas en el tratamiento de las formas, figuras, etc.  Ante esta dificultad, el terapeuta también debe ser creativo, como dicen Paín y Jarreau (2005), la variación de las técnicas ofrece la posibilidad de un desbloqueo en las reacciones.
El  vínculo transferencial permite que paciente-AT encuentren juntos el sentido de la obra, siempre procurando que sea el paciente, espontáneamente, quien le otorgue significado a su trabajo. Cuando esto no está desplegado, es el AT quien promueve que el paciente vaya de a poco, entendiendo su producción.
El objetivo es la búsqueda del sentido, la cohesión y coherencia con lo que se quiere transmitir, despojados de cualquier valor estético, y tendientes a la aceptación, valoración, reparación y elaboración de sentimientos, pensamientos, experiencias. Buscando la construcción y fortalecimiento de un yo verdadero.
Convocamos al pasado a hacerse presente, sostenemos la transferencia de sentido que el falso self se ve tentado a hacer. Pero sabiendo que en el vínculo podremos lograr la presencia del futuro como proyecto: Verdadero ser.

martes, 14 de marzo de 2017

ANALISIS DEL MATERIAL PRODUCIDO POR CADA PACIENTE


            De cada encuentro proponemos evaluar los ítems que detallamos a continuación. Para luego poder hacer un seguimiento del paciente. Planteamos que cada paciente se encontrará posicionado en algún lugar de cada eje:

Originalidad.....................................................................Estereotipia
Fluidez..........................................................................Estancamiento
Flexibilidad.........................................................................Repetición
Simbolización....................................................................Literalidad
Orden compositivo.............................................................Dispersión
Elaboración (perfeccionismo).......................................Conformismo
Riqueza cromática..................................................Cromatismo plano
Complejidad......................................................................Simplicidad
Motivación................................................................................Apatía
Acomodación...................................................................Habituación
Implicación emocional.......................................Distancia emocional
Intención comunicativa..........................................Intención práctica
Verbalización expresiva.............................Verbalización descriptiva

Creatividad
En relación con las capacidades cognitivas
Atención: se refiere a la capacidad para atender, durante la sesión, a las
                     indicaciones y a los pasos de la propuesta..
Concentración: se refiere a la capacidad de centrarse y desarrollar una idea sin
                              dispersiones.
Memoria: se refiere a la capacidad de interconectar un paso con otro, una idea con
                  otra, así como para recordar procedimientos o técnicas anteriores.

En relación con las capacidades creativas
Originalidad: capacidad para producir soluciones nuevas, no sólo en relación con
lo que existe, sino en relación consigo mismo y con el contexto del que lo produce.
• Fluidez: capacidad para producir muchas soluciones en el sentido de producción.
Flexibilidad: riqueza de categorías, capacidad para producir soluciones adaptadas
                        a la propuesta.
En relación con las actitudes
• Tolerancia a la ambigüedad: en relación con situaciones de cambio o necesidad
de transformación. Poder elegir qué camino tomar.
Sensibilidad a los problemas: capacidad para detectar aquellos problemas que
                                                      aparezcan sin eludirlos, para encontrar nuevas
                                                      soluciones.
Tendencia al perfeccionismo: en relación con la elaboración, no abandonar los
                                                      proyectos a medio hacer, y al cuidado en la factura.
Complejidad: en relación con la utilización de estructuras complejas o elementos
                           diferentes interrelacionados.

Lenguaje plástico y visual
Composición: en términos de equilibrio y peso compositivo.
Aprovechamiento de la técnica: en términos de riqueza plástica: matices
cromáticos, texturas...
Control del trazo: en términos de cualidad: su expresividad, su intencionalidad y
su precisión
Tamaño: en relación con el formato
Disposición espacial: izquierda-derecha, arriba-abajo
Gama cromática: predominio de gamas caliente-frío, y saturación cromática

Autonomía
Demanda de ayuda: en cuanto a cantidad de veces que existe tal demanda.
Gestión de material: Proveerse del material en función de las necesidades.
Iniciativa: Nuevas aportaciones o decisiones propias.
Mantenimiento del taller: Limpieza y orden del material, mesas, etc...


miércoles, 6 de agosto de 2014

Nivel de dificultad según recursos plásticos


CLASIFICACION SEGÚN EL NIVEL DE CONTROL TECNICO DE CADA MEDIO PLASTICO (Landgarten, 1987)

 
Grado de dificultad
 
Alto
 
 
Medio
 
Bajo
Gráfico
Lápiz de color
Plumas
Pasteles grasos
Carbonilla
Tinta China
Pastel seco
Tiza
Pictórico
Témperas
Pinceles gruesos
Pintura con dedos
Acuarelas
Acrílicos
Sprays
Oleo
Rodillo
Espátula
Esponja
Tridimensional
Plastilina
Arcilla
Cartón
Papel maché
Talla
Moldes
Otros
Revistas para collage
Estampados
Grabado
Video
Fotografia
 

martes, 20 de mayo de 2014


ENCUADRE ARTETERAPEUTICO

El encuadre es el marco de trabajo elegido. Se encuentra definido por normas que funcionan simbólicamente como las “reglas de juego”. Este deberá brindar estabilidad, frecuencia y límites. Ocampo y col. (1987) consideran que utilizar un encuadre es mantener constantes ciertas variables que intervienen en el proceso, a saber: Aclaración de roles respectivos (naturaleza y limite de la función), lugar donde se realizarán los encuentros, horarios y duración, tipo de trabajos, materiales a utilizar, etc.

            En la tarea clínica con pacientes graves cobra mayor importancia el marco o encuadre, que la clásica interpretación psicoanalítica. (Winnicott, 1993).

            El establecimiento de un encuadre adecuado es lo que posibilitará o no el despliegue transferencial, la vinculación entre el paciente y terapeuta.  El espacio y tiempo toman un valor simbólico de continente, donde el paciente podrá manifestar su creatividad (contenido).

 Encuadre arteterapéutico. Pain y Jarreau (1995) consideran que la organización de un taller de actividades plásticas con objetivos psicoterapéuticos requiere tener en cuenta tres parámetros:

- Espacios

- Tiempo                        

- Composición del grupo.

Esta estabilidad ayudaría a establecer los lazos indispensables de confianza en el sujeto, al asegurarle la protección de su creatividad.

            La práctica de la arteterapia ha de apoyarse en la disposición de un conjunto de variables que conforman un espacio seguro, bien estructurado, que permita el desarrollo de un proceso hacia la salud. Winnicott (1971) habla del espacio de adaptación activa, para dar cuenta de que el entorno es estable pero no inmutable. Asimismo, considera que la acción terapéutica se va a desarrollar en el espacio transicional, único espacio en el que el juego es posible, juego que conduce al dominio de sí y a la permanencia del objeto.  

5.1.1 Elementos del encuadre

Espacio:

Stern concibe su taller como un lugar cerrado en el que la creatividad debería ser estimulada por el mismo encierro. El autor vincula la creatividad con la condición íntima, simbólicamente uterina, condición que puede ser también fuente de ansiedad y de inhibición.

            Es importante tener espacios luminosos. Estos son fundamentales para la actividad artística y es por eso que siempre tratamos de que el ambiente esté bien iluminado.  Un ligero ruido de ambiente que provenga del exterior permitirá crear una continuidad con la vida.  El taller debe ser un lugar privilegiado, diferenciado de los otros pero no totalmente separado del mundo exterior.  La distribución también es siempre la misma, dando así un marco estable. Las partes permanentes del taller son el placard de guardado de elementos, las mesas que utilizamos para el trabajo, y la pizarra donde exponemos los trabajos. Y la parte variable la encontramos en las obras que se van produciendo semana tras semana. La ventaja de re-encontrar siempre el mismo lugar de trabajo favorece la apropiación del mismo como también una cierta ritualización de las sesiones.

Tiempo:

Pain y Jarreau (1995) consideran que la unidad mínima sobre la que se puede hacer un proyecto terapéutico en un taller plástico es de alrededor de un año, a razón de una sesión semanal. No obstante, cada integrante del taller tendrá un tiempo más o menos largo de adaptación al taller cuyas reglas de funcionamiento y relaciones personales son diferentes de todo lo que le era familiar.

Los pacientes mantendrán el compromiso de llegar a la misma hora, en los días adecuados, durante todo el proceso arteterapéutico. El incumplimiento del mismo, será analizado en relación a lo transferencial con actividad, temática o con el terapeuta.

Momentos:

“Nuestro concepto de grupos arte terapéuticos describe cómo el compartir experiencias de trabajo sobre los obras creadas, brinda la oportunidad de revisar  límites y sentimientos en las relaciones grupales. Mostrar el trabajo y conversar sobre ellos juntos, provee una oportunidad adicional para desarrollar el self en relación a otros y compartir y modificar ansiedades” (Greenwood, Layton, 1987, p14).

Estructura de las sesiones

El proceso creativo se da en un tiempo determinado.  A continuación presentamos las fases o etapas de acuerdo a cuatro autores: 

Touson (2002)
Dalley (1987)
R. Berbudez (1975)
Fiorini (2006)
Expresión
Expresión
Caldeamiento
Exploraciones
Elaboración
 
Dramatización
Transformaciones
E          Contemplación
 
 
Culminación
Apreciación
Discusión
Comentarios
Separación

 

Fase de expresión:

Es la primera fase del proceso creativo, donde recibimos a los pacientes, estos se acomodan en sus lugares, se preparan para recibir la consigna.

La necesidad de expresarse o manifestarse parece ser propia del ser humano, y  lo inarticulado, lo incompleto pugna por ser expresado. Se proveen los elementos o materias primas que serán utilizados durante la creación. La actitud de la persona es de “espontaneidad, volcando en el papel lo que su presente le permite, tal como surge de si.

Fase de transformación

      La palabra drama viene del griego, y significa “acción o una cosa hecha” (Rojas Bermudez, 1975). Se ha creado, transformado, a partir de las materias primas, el objeto de artístico. También, brinda la posibilidad de contemplar y así, examinar y considerar con atención, y reconocer como propio lo que ha hecho. La persona adopta en esta etapa, una actitud condescendiente, por afecto o por respeto, para con ese material que ha surgido de sí misma.

Fase de culminación y exposición grupal

Se comparten los trabajos, cada paciente muestra su obra, cuenta cual fue su intención, comenta si tuvo dificultades técnicas, qué le fue pasando en su sentir, y todo lo que quiera expresar a partir de lo que le pasó durante la tarea. También se comparte en grupo, se habla de los trabajos de los compañeros, etc.

Fase de apreciación

El objetivo en esta etapa es la reincorporación de la imagen que fuera vertida en la primera fase, y que ha sido enriquecida por la palabra y, por el sentido otorgado, durante la etapa anterior. El entendimiento, por la mediación del terapeuta, posibilita nuevos significados.