ENCUADRE ARTETERAPEUTICO
El encuadre es el marco de
trabajo elegido. Se encuentra definido por normas que funcionan simbólicamente
como las “reglas de juego”. Este deberá brindar estabilidad, frecuencia y
límites. Ocampo y col. (1987) consideran que utilizar un
encuadre es mantener constantes ciertas variables que intervienen en el
proceso, a saber: Aclaración de roles respectivos (naturaleza y limite de la
función), lugar donde se realizarán los encuentros, horarios y duración, tipo
de trabajos, materiales a utilizar, etc.
En
la tarea clínica con pacientes graves cobra mayor importancia el marco o
encuadre, que la clásica interpretación psicoanalítica. (Winnicott, 1993).
El establecimiento de un encuadre
adecuado es lo que posibilitará o no el despliegue transferencial, la
vinculación entre el paciente y terapeuta.
El espacio y tiempo toman un valor simbólico de continente, donde el
paciente podrá manifestar su creatividad (contenido).
Encuadre arteterapéutico. Pain y Jarreau
(1995) consideran que la organización de un taller de actividades plásticas con
objetivos psicoterapéuticos requiere tener en cuenta tres parámetros:
-
Espacios
- Tiempo
-
Composición del grupo.
Esta
estabilidad ayudaría a establecer los lazos indispensables de confianza en el
sujeto, al asegurarle la protección de su creatividad.
La práctica de la arteterapia ha de apoyarse en la
disposición de un conjunto de variables que conforman un espacio seguro, bien
estructurado, que permita el desarrollo de un proceso hacia la salud. Winnicott
(1971) habla del espacio de adaptación activa, para dar cuenta de que el
entorno es estable pero no inmutable. Asimismo, considera que la
acción terapéutica se va a desarrollar en el espacio transicional, único
espacio en el que el juego es posible, juego que conduce al dominio de sí y a
la permanencia del objeto.
5.1.1 Elementos del encuadre
Espacio:
Stern
concibe su taller como un lugar cerrado en el que la creatividad debería ser
estimulada por el mismo encierro. El autor vincula la creatividad con la
condición íntima, simbólicamente uterina, condición que puede ser también
fuente de ansiedad y de inhibición.
Es importante tener espacios
luminosos. Estos son fundamentales para la actividad artística y es por eso que
siempre tratamos de que el ambiente esté bien iluminado. Un ligero ruido de ambiente que provenga del
exterior permitirá crear una continuidad con la vida. El taller debe ser un lugar privilegiado,
diferenciado de los otros pero no totalmente separado del mundo exterior. La distribución también es siempre la misma,
dando así un marco estable. Las partes permanentes del taller son el placard de
guardado de elementos, las mesas que utilizamos para el trabajo, y la pizarra
donde exponemos los trabajos. Y la parte variable la encontramos en las obras
que se van produciendo semana tras semana. La ventaja de re-encontrar siempre
el mismo lugar de trabajo favorece la apropiación del mismo como también una
cierta ritualización de las sesiones.
Tiempo:
Pain
y Jarreau (1995) consideran que la unidad mínima sobre la que se puede hacer un
proyecto terapéutico en un taller plástico es de alrededor de un año, a razón
de una sesión semanal. No obstante, cada integrante del taller tendrá un tiempo
más o menos largo de adaptación al taller cuyas reglas de funcionamiento y
relaciones personales son diferentes de todo lo que le era familiar.
Los
pacientes mantendrán el compromiso de llegar a la misma hora, en los días
adecuados, durante todo el proceso arteterapéutico. El incumplimiento del
mismo, será analizado en relación a lo transferencial con actividad, temática o
con el terapeuta.
Momentos:
“Nuestro
concepto de grupos arte terapéuticos describe cómo el compartir experiencias de
trabajo sobre los obras creadas, brinda la oportunidad de revisar límites y sentimientos en las relaciones
grupales. Mostrar el trabajo y conversar sobre ellos juntos, provee una oportunidad
adicional para desarrollar el self en relación a otros y compartir y modificar
ansiedades” (Greenwood, Layton, 1987, p14).
Estructura de las sesiones
El
proceso creativo se da en un tiempo determinado. A continuación presentamos las fases o etapas
de acuerdo a cuatro autores:
Touson (2002)
|
Dalley (1987)
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R. Berbudez (1975)
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Fiorini (2006)
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Expresión
|
Expresión
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Caldeamiento
|
Exploraciones
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Elaboración
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Dramatización
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Transformaciones
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E Contemplación
|
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Culminación
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Apreciación
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Discusión
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Comentarios
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Separación
|
Fase
de expresión:
Es
la primera fase del proceso creativo, donde recibimos a los pacientes, estos se
acomodan en sus lugares, se preparan para recibir la consigna.
La
necesidad de expresarse o manifestarse parece ser propia del ser humano, y lo inarticulado, lo incompleto pugna por ser
expresado. Se proveen los elementos o materias primas que serán utilizados
durante la creación. La actitud de la persona es de “espontaneidad, volcando en
el papel lo que su presente le permite, tal como surge de si.
Fase de transformación
La palabra drama viene del griego, y
significa “acción o una cosa hecha” (Rojas Bermudez, 1975). Se ha creado,
transformado, a partir de las materias primas, el objeto de artístico. También,
brinda la posibilidad de contemplar y así, examinar y considerar con atención,
y reconocer como propio lo que ha hecho. La persona adopta en esta etapa, una
actitud condescendiente, por afecto o por respeto, para con ese material que ha
surgido de sí misma.
Fase de culminación y
exposición grupal
Se comparten los trabajos, cada paciente muestra su
obra, cuenta cual fue su intención, comenta si tuvo dificultades técnicas, qué
le fue pasando en su sentir, y todo lo que quiera expresar a partir de lo que
le pasó durante la tarea. También se comparte en grupo, se habla de los
trabajos de los compañeros, etc.
Fase de apreciación
El objetivo en esta etapa es la reincorporación de
la imagen que fuera vertida en la primera fase, y que ha sido enriquecida por
la palabra y, por el sentido otorgado, durante la etapa anterior. El
entendimiento, por la mediación del terapeuta, posibilita nuevos significados.
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