domingo, 28 de abril de 2013

Enfoques en Arteterapia. 2. Enfoque jungiano


2.2 Enfoque junguiano

Jaffé (1984) dice que el hombre tiende a crear símbolos, transformando objetos o formas, dotándolos de gran importancia psicológica. Y expresándolos en su religión o en su arte visual.

            Jung (1984) trata de llegar a comprender el proceso psíquico en permanente evolución, centrando la energía libidinal en la expresión de las funciones psíquicas vitales. Ante la perdida del equilibrio psíquico, propone la autoexploración de los aspectos personales y transpersonales del ser, mediante el análisis del contenido simbólico del inconciente personal y del inconciente colectivo.

El arteterapia de orientación jungiana considera que lo importante es el proceso de individuación mediante la expresión de imágenes visuales arquetípicas y el análisis del proceso creativo y sus símbolos como manifestación del inconciente colectivo, y del inconciente personal. Read (1982) considera que en la expresión plástica, la persona refleja su disposición temperamental, y afirma que existe un paralelismo entre temperamento y modos de expresión, con este fin, relaciona las funciones psíquicas con los estilos estéticos, por ejemplo, realismo: pensamiento, superrealismo: sentimiento, expresionismo: sensación y constructivismo: intuición.

Desde el punto de vista de la psicología analítica, el acceso directo al contenido inconciente, tanto personal como colectivo, solo puede alcanzarse y manifestarse por medio de las artes: pintura, escultura, poesía, danza, etc. Es decir, que el lenguaje plástico-audiovisual es el medio idóneo para dar forma a lo inexplicable. Jung (1984) utiliza la pintura para tratar de comprender los sueños. Considera que el azar puesto al servicio de la expresión creativa, conecta nuestro inconciente con el universo entero, y en esta conexión encuentra su sanación.

El mandala es un términos sánscrito que significa círculo sagrado. En las religiones orientales se ha empleado durante siglos como medio de meditación visual. Suelen encontrarse en todas las culturas, desde la era paleolítica, y han seguido apareciendo desde entonces. La figura cuadrada concéntrica inspira desde lo estético equilibrio, organización, perfección y coherencia. El centro del mandala es asociado al concepto de si-mismo. La creación de mandalas aportaba a sus pacientes serenidad, estabilidad emocional. A través de ellos, podía observar los cambios ocurridos en el paciente como elementos compensatorios, especialmente en estados de desorientación o experiencias traumáticas. (Jung, 1984)

Del estado psicótico considera que es un potencial entre la psique de todos los seres humanos y utiliza el concepto de entropía de la termodinámica para explicar cómo la energía es transformada como el resultado de diferencias de intensidad.  Esta puede ser tan grande que como resultado se provoque una fragmentación que es difícil de curar. (Jung, 1984)

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